Poesía Épica y Traducción

El Paraíso Perdido: un reto de traducción literaria

Dentro de los géneros literarios, la poesía suele ser uno de los más difíciles de traducir. Las razones pueden ir desde la imposibilidad de trasladar ciertas alusiones personales o culturales al sistema de signos de la lengua meta, hasta las dificultades derivadas de la métrica, los tropos, y la distancia espacio-tiempo que separa al original de su tentativa de ser interpretado.

Asimismo, los géneros y subgéneros poéticos representan un desafío atrayente para el traductor literario, pues el reto es distinto si trata de un soneto o de una oda; de poesía lírica o épica. Dentro de este último género, existen ejemplos ampliamente traducidos y conocidos como la Ilíada y la Odisea de Homero, La Divina Comedia de Dante, o la Eneida de Virgilio; todas estas obras no solo han sido objeto de traducciones interlingüísticas (es decir, de una lengua a otra), sino además intralingüísticas, lo que ha implicado llevarlas del verso a la prosa, con el propósito de acercar parte de su magnificencia a un público más amplio de lectores.

Otro gran poema épico que es poco conocido en México, y en los países hispanoparlantes en general, es Paraíso Perdido de John Milton. La razón de su poca difusión específicamente en América Latina puede obedecer a las escasas traducciones al español que existen en la actualidad, aunque lo cierto es que se trata de un escrito de más de diez mil versos que es digno de ser reconocido en cualquier lengua, por la trascendencia que tuvo —y que sigue teniendo— en la literatura y la pintura, entre otras artes.

Satanás volando al Paraíso, Gustave Doré, siglo XIX

Antes de abordar la problemática de traducción que presenta esta obra, vale la pena hacer una breve semblanza de su autor, pues Milton no solo dedicó su vida a la literatura, sino que además se ocupó de escribir ampliamente sobre la situación social y política que prevalecía en la Inglaterra del siglo XVII; de hecho, su ideología influyó movimientos sociales de gran magnitud posteriores a su época, como la Revolución Francesa y la Declaración de Independencia de Estados Unidos.

John Milton (1608-1674), fue un poeta e intelectual inglés, y es considerado uno de los escritores más relevantes de Inglaterra; su obra más conocida es Paradise Lost (Paraíso Perdido) y sus reflexiones en torno a la iglesia, la monarquía y la república fueron fundamentales para la construcción política y social de lo que ahora es el Reino Unido. No obstante, su influencia también ha sido literaria, y puede observarse en diversos escritores y poetas como Lord Byron, William Blake y Mary Shelley, autora de la novela Frankensteino el Moderno Prometeo, cuyo cautivador personaje —la criatura sapiente de Victor Frankenstein que ha sido llevada al cine en más de una ocasión— medita sobre sus similitudes con los actantes creados por Milton tras haber leído su gran poema épico, para considerar que “Satanás tenía a sus compañeros, colegas diablos, para admirarlo y motivarlo; pero yo soy un solitario abominable.”[i]

Tras esta cita, y por su título, es posible inferir el tema central del poema: la llamada caída del hombre, descrita en el Libro del Génesis del Viejo Testamento, y que tiene como principales personajes a Eva, Adán, los Arcángeles y, por supuesto, a Satanás como la fuerza opositora a Dios, que condena (o libera) a los habitantes del Paraíso tras incitarlos a tener conocimiento del bien y el mal.

Paraíso Perdido fue publicado en su versión de diez cantos en 1667 y en la de doce —que es la versión final— en 1674, con lo que se dieron diferentes reacciones no solo con connotaciones literarias, sino también políticas; empero, uno de los aspectos que causó mayor revuelo fue la construcción del personaje de Satanás pues, por un lado, Milton le proveyó características heroicas y angélicas con las que cambió la imagen medieval del diablo y, por otro, lo describió como un ente celestial que decide no someterse a la voluntad de un monarca absolutista, es decir, a la voluntad del personaje de Dios. Dado que Milton creía en la existencia del Dios cristiano, así como en lo descrito en la Biblia (de Ginebra, disponible en Inglaterra en 1575), pero no en un rey absoluto que gobernara por «derecho divino», se ha discutido hasta qué punto atribuyó consciente o subconscientemente varios rasgos al personaje de Satanás para erigirlo, si no como un héroe, al menos como un rebelde que se resiste a la imposición del ethos divino; por ello, entre otros aspectos,el Diablo de Paraíso Perdido ha sido objeto de análisis literarios a través del tiempo.

Entonces, uno de los primeros desafíos que presenta la traducción del poema es la distancia en el tiempo, y que ahora es mayor a tres siglos; adicionalmente, posee una estructura compleja puesto que su composición no solo tiene que ver con la visión teológica del autor, sino además con su ideología política y una erudición filosófica y literaria que se percibe en la construcción de los personajes y espacios descritos. A través de ellos, es posible observar la influencia de algunos poemas y tragedias de la época Isabelina —que remite a autores como Edmund Spenser y William Shakespeare— y la intertextualidad con obras clásicas griegas, como la Teogonía de Hesíodo, y la Ilíada de Homero, entre otras. Por ello, resulta de gran utilidad leerlo en su totalidad en su idioma original, y comprender el contexto en el que fue concebido antes de comenzar con la traducción.

Una vez que se logra tener una visión general del poema, se debe tener en cuenta la métrica, que en este caso corresponde al verso blanco, esto es, a una sucesión de pentámetros yámbicos, sin rima, derivados de los versos heroicos en latín y griego. Con esto, el traductor se enfrenta a la decisión de optar por una estructura similar en la lengua meta, o bien a adaptarlo a otro género, como puede ser la prosa; esto, generalmente depende de si la traducción está dirigida a un segmento determinado de lectores (por ejemplo, estudiantes de preparatoria), o si se desea acercar la traducción al original tanto como sea posible.

Para mi libro Paradise Lost: la otredad de Dios en la figura trágica de Satanás, opté por una traducción que conservara una estructura similar, pues pensé en un lector que, si bien puede que no se ocupe de la literatura desde una perspectiva académica, sí tenga un especial interés por la poesía y, más aún, por los personajes centrales del poema. Así, traduje los versos del Canto I — en los que se oye la voz del poeta — como se ejemplifica a continuación:

Who first seduc’d them to that foul revolt? Th’ infernal Serpent; he it was, whose guile Stird up with Envy and Revenge, deceiv’d The Mother of Mankind, what time his Pride Had cast him out from Heav’n, with all his Host Of Rebel Angels, by whose aid aspiring To set himself in Glory above his Peers, He trusted to have equal’d the most High, If he oppos’d; and with ambitious aim Against the Throne and Monarchy of God Rais’d impious War in Heav’n and Battel proud With vain attempt.¿Quién los sedujo hacia esa infame sublevación? La Serpiente infernal; fue él, cuya artimaña Removió Envidia y Venganza, engañó A la Madre de la Humanidad, y su Orgullo Lo ha expulsado del Cielo, con todas sus Huestes De Ángeles Rebeldes, con cuya ayuda aspiraba Colocarse a sí mismo en Gloria sobre sus Pares, Confió en haber igualado al más Alto, Si se oponía; y con ambicioso anhelo Contra el Trono y la Monarquía de Dios Alzó una Guerra Impía en el Cielo y Lidió orgulloso En un vano intento.[ii]

Como es posible observar, aquí realicé una traducción casi literal, pues juzgué que se ajusta bien al español, conservando el mismo número de versos y una longitud muy cercana a la original. Asimismo, traté de usar una terminología que resulte alcanzable para un público amplio, que de cualquier manera tendría la obligación de investigar varios asuntos relacionados con la mitología judeocristiana, si verdaderamente desea comprender la magnitud de la obra, más allá del tema central de la denominada caída del hombre.

En este sentido, dentro de Paraíso Perdido esta caída es provocada por Satanás quien, antes del evento trágico de Adán y Eva, fuera expulsado del Cielo tras rebelarse con un tercio de los ángeles a causa de que Dios nombrara “Mesías” al Hijo, según lo narrado en el poema épico. Cuando el Rey del Infierno ya se encuentra ahí, en ese espacio oscuro debajo del Caos (de acuerdo con la cosmología que se platea en el poema), hace uso de la retórica para mostrar a sus discípulos que no claudicará:

The mind is its own place, and in itself Can make a Heav’n of Hell, a Hell of Heav’n. What matter where, if I be still the same, And what I should be, all but less then he Whom Thunder hath made greater? Here at least We shall be free; th’ Almighty hath not built Here for his envy, will not drive us hence: Here we may reign secure, and in my choyce To reign is worth ambition though in Hell: Better to reign in Hell, then serve in Heav’n.La mente es autónoma, en sí misma puede Hacer del Cielo un Infierno, un Infierno del Cielo. ¿Qué importa dónde, si aún soy el mismo, Y qué debo ser, todo excepto aquel cuyo Trueno ha hecho más poderoso? Al menos aquí Seremos libres; el Supremo no ha construido Esto para envidiarlo, por ello no nos retirará: Aquí reinaremos seguros, y a mi juicio Reinar es digno aunque sea en el Infierno: Mejor reinar en el Infierno, que servir en el Cielo.[iii]

En esta traducción, es de suma relevancia conservar la fuerza con la que se expresa el personaje, y así poder vislumbrarlo como un líder que capta la atención de sus huestes y del lector. En estos versos, traté de hacer un balance entre la longitud y el significado, sin privilegiar al primero a costa del segundo; así, en vez de “La mente es su propio lugar”, elegí “La mente es autónoma”, ya que mantiene el mismo sentido de independencia sin necesidad de alargar demasiado el verso en español. De una forma similar, decidí traducir “worth ambition” como “digno” y así mantener el mismo número de palabras en ambos idiomas.

Entonces, la traducción implica una serie de elecciones que no son arbitrarias, sino pensadas con base en el significado y la forma del texto literario, así como en el contexto social de la época y la intención del traductor, entre otras variables, para realizar una interpretación de la obra en la lengua meta lo más cercana posible al original.

Tras esta breve reflexión sobre mi proceso mental para traducir varios versos de Paraíso Perdido de John Milton, con el propósito de integrarlos a mi libro, espero haber despertado su curiosidad para acercarse al poema, o bien para revisitarlo si alguna vez lo leyeron, ya sea en su versión original, o en una traducción en verso o en prosa.

De igual manera, los invito a visitar este enlace, en el que encontrarán un fragmento de mi libro Paradise Lost: la otredad de Dios en la figura trágica de Satanás.


[i] Shelley, Mary. Frankenstein; Or The Modern Prometheus. EUA: Barnes & Noble, 2012. P. 115.

[ii] Ochoa, Mauricio. Paradise Lost: la otredad de Dios en la figura trágica de Satanás. España: Samarcanda, 2020. P. 100-101.

[iii] Ibid., P. 94.

Publicado por Mauricio

Inquieto y melancólico. Ingeniero Industrial y Licenciado en en Lengua y Literaturas Modernas (Letras Inglesas) que gusta de leer, escribir y traducir. Restless and melancholic. Industrial Engineer with a B.A. in English Language and Literature, who enjoys reading, writing and translating.

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