Un confíteor, proveniente del latín confiteor -confieso- es una oración que se utiliza ampliamente en las misas del catolicismo, con el propósito de reconocer los pecados propios y suplicar a los seres divinos que intercedan ante Dios para la obtención del perdón.
No obstante, el poeta francés Charles Baudelaire (1821-1867) utiliza este nombre para confesar no los pecados, sino el sufrimiento del artista, que deviene cuando las palabras no son suficientes para describir lo bello que la naturaleza humana y la Naturaleza misma revelan. De este modo, eleva el arte al nivel de una religión, y fragmenta su prosa poética en cuatro estrofas.
Dado que en esta ocasión no pretendo explicar este poema -tarea que siempre es difícil y a veces imposible- dejo debajo su versión original en francés, y una traducción que realicé recientemente a nuestra bella lengua, con el propósito de que la lean, la sientan y la disfruten.
LE CONFITEOR DE L’ARTISTE Que les fins de journées d’automne sont pénétrantes ! Ah ! pénétrantes jusqu’à la douleur ! car il est de certaines sensations délicieuses dont le vague n’exclut pas l’intensité ; et il n’est pas de pointe plus acérée que celle de l’Infini. Grand délice que celui de noyer son regard dans l’immensité du ciel et de la mer ! Solitude, silence, incomparable chasteté de l’azur ! une petite voile frissonnante à l’horizon, et qui par sa petitesse et son isolement imite mon irrémédiable existence, mélodie monotone de la houle, toutes ces choses pensent par moi, ou je pense par elles (car dans la grandeur de la rêverie, le moi se perd vite !) ; elles pensent, dis-je, mais musicalement et pittoresquement, sans arguties, sans syllogismes, sans déductions. Toutefois, ces pensées, qu’elles sortent de moi ou s’élancent des choses, deviennent bientôt trop intenses. L’énergie dans la volupté crée un malaise et une souffrance positive. Mes nerfs trop tendus ne donnent plus que des vibrations criardes et douloureuses. Et maintenant la profondeur du ciel me consterne ; sa limpidité m’exaspère. L’insensibilité de la mer, l’immuabilité du spectacle, me révoltent… Ah ! faut-il éternellement souffrir, ou fuir éternellement le beau ? Nature, enchanteresse sans pitié, rivale toujours victorieuse, laisse-moi ! Cesse de tenter mes désirs et mon orgueil ! L’étude du beau est un duel où l’artiste crie de frayeur avant d’être vaincu. | EL CONFÍTEOR DEL ARTISTA ¡Vaya que los finales de los días de otoño son penetrantes! ¡Ah! ¡Penetrantes hasta el dolor! Porque hay ciertas sensaciones deliciosas donde lo vago no excluye la intensidad, y no hay punta más afilada que aquella del infinito. ¡No hay mayor delicia que ahogar la mirada en la inmensidad del cielo y del mar! ¡Soledad, silencio, castidad incomparable del cerúleo intenso! Un pequeño velo trémulo en el horizonte, y que por su pequeñez y su retraimiento imita mi irremediable existencia, melodía monótona de la marejada; todas estas cosas piensan por mí, o yo pienso por ellas (porque en la grandeza del ensueño ¡el mío se pierde rápido!); ellas piensan, digo yo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Empero, estos pensamientos, que salen de mí o surgen de las cosas, se vuelven rápidamente muy intensos. La energía de la voluptuosidad crea un malestar y un sufrimiento positivo. Mis nervios tan tensos no brindan más que vibraciones estridentes y dolorosas. Y ahora mismo la profundidad del cielo me consterna; su limpidez me exaspera. La insensibilidad del mar, la inmutabilidad del espectáculo, me irritan… ¡Ah! ¿Se debe sufrir eternamente, o huir eternamente lo bello? Naturaleza, hechicera sin piedad, rival siempre victoriosa, ¡déjame! ¡Cesa de provocar mis deseos y mi orgullo! El estudio de lo bello es un duelo donde el artista grita de miedo antes de ser vencido. |
Este escrito se incluyó en el libro Pequeños poemas en prosa, y se editó a dos años de la muerte de Baudelaire, a quien se le considera uno de los principales exponentes del simbolismo. Su obra más conocida es Les fleurs du mal (Las flores del mal, 1857), un conjunto de poemas que en su tiempo escandalizó a diversos críticos y causó polémica, y que ahora es considerado uno de los escritos trascendentales de las literaturas francesa y universal.
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